Desde los municipios de Caldas siguen llegando mensajes de agradecimiento y total compromiso de los participantes en el programa Comunales por las Vías de la Paz, una estrategia que lidera la Secretaría de Infraestructura con las Juntas de Acción Comunal para el mantenimiento rutinario de vías, en la cual los recursos que reciben por esta actividad se invierten en necesidades concertadas por los mismos habitantes.

Actualmente, avanza la segunda ronda de rocerías, destape de cunetas, transversales, fumigaciones y otras labores que, junto al paso de los combos de maquinaria y las cuadrillas de rocería, aportan un trabajo integral a las carreteras departamentales, secundarias y terciarias. El equipo supervisor de la Secretaría de Infraestructura revisa las tareas, en las que además se incentiva el seguimiento de bioprotocolos.

Cristian Camilo Alvarado Tangarife, habitante del corregimiento Aguabonita en Manzanares, destacó el liderazgo de la JAC para el beneficio colectivo: “Quiero agradecer a la Junta de Acción Comunal y al convenio solidario de la Gobernación de Caldas porque podemos mantener este espacio de la comunidad en muy buen estado. Somos partícipes de los fondos para compra de útiles y todo lo necesario para el bien del corregimiento”.

Fernando Montealegre Corrales, presidente de la JAC Guacaica Baja de Risaralda, manifestó que el convenio es importante porque crea conciencia sobre la colaboración y el trabajo en grupo. “Estos dineros incrementan los recursos de la JAC para actividades de salud, también para el cuidado de carreteras de la vereda que necesitan trabajos, reparaciones y rocerías. Las juntas antes no teníamos recursos para esto y los estamos teniendo gracias al convenio”.
  
Liderazgo caldense
Además de las tareas de mantenimiento rutinario reportadas por las juntas adscritas al proyecto, se destacan otras actividades que las organizaciones han llevado a cabo con los recursos. En época de cuarentena algunas juntas han comprado mercados para las familias más vulnerables de sus comunidades e igualmente han logrado mantener los empleos que genera el proyecto.

Entre los nuevos ejemplos de inversión de recursos está la vereda El Dorado, de Samaná, donde se fabricó un muro cerca de la reserva natural Altomira, lo cual mejora las condiciones de vida de al menos ocho familias vecinas. En la vereda Sebastopol, de Pensilvania, los habitantes construyeron un tramo de placa huella para facilitar el tránsito por la zona.

Las Juntas de Acción Comunal en Llanadas (La Merced), Nueva Primavera (Villamaría) y Río Tenerife-San Daniel (Samaná) articularon sus tareas con el paso del combo de maquinaria de la Gobernación de Caldas para complementar las labores de mantenimiento rutinario y periódico, entregando carreteras en muy buen estado a los habitantes.