Ante la temporada de cosecha cafetera que se avecina, la Dirección Territorial de Salud acompañó el proceso de evaluación de lo que serían las zonas de aislamiento para recolectores de café. Además, la entidad explicó el proceso que debe adelantar cada propietario para garantizar adecuadas medidas de bioseguridad. 

Se considera que llegarán entre 6.000 y 7.000 recolectores de café y, si bien, algunos cafeteros pueden suplir la necesidad con mano de obra local, otros necesitan población flotante.

“Para ello, todos los alcaldes deben estar dispuestos a realizar un tamizaje inicial de estas personas, ojalá tenerlos en una base de datos, mirar en qué condiciones de salud llegan y si tiene seguridad social”, señaló Olga Lucía Corrales, subdirectora de Prestación de Servicios de la Dirección Territorial de Salud de Caldas.

La funcionaria precisó que entre el Comité de Cafeteros y los municipios deberán hacer vigilancia del manejo de protocolos en todos estos cuarteles donde va a estar estos trabajadores. 

Comentó, además, que para permitir la llegada de recolectores de otro departamento, tanto los miembros del Comité de Cafeteros como los Alcaldes, deberán asumir compromisos para hacerles estricta vigilancia a aquellos que resulten sospechosos o confirmados.

“El Comité tiene disponible la Fundación Manuel Mejía. Su objetivo básico es que si dentro de esta población de recolectores aparecen algunos sospechosos o confirmados de COVID-19 se puedan aislar en este sitio mientras no se complique su estado de salud. Estarían vigilados por el equipo de profesionales”, apuntó Corrales.

Además, alcaldes y caficultores deberá presentar un plan  de prevención, garantizar cumplimiento de normas de bioseguridad y, en lo posible, suministrar los elementos de protección personal.